Resolver un laberinto es una tarea reveladora. El objetivo es encontrar la meta, y para eso empezamos desde la salida. Pero un buen laberinto es complicado y lleno de pequeñas trampas. Aquí el camino que parecía más claro se cierra más adelante, allá el camino secundario da unas vueltas indecibles para llegar a un paso de la meta, sólo para revelar que también está cerrado.
Se supone que las mejores estrategias consisten en pensar “fuera de la caja” (el origen del término viene de la solución para el problema de la ilustración, que consiste en, sin despegar el lápiz, pasar por los nueve puntos con sólo cuatro líneas rectas): encontrar qué limitaciones del problema son auto-impuestas, saltarse las reglas, pensar de nuevo desde otra óptica, etc. Pero ser genial día a día, problema a problema, no es un propósito recomendable para nadie. Este hombre lo intentó y no creerás lo que le ocurrió después.
Una estrategia más alcanzable es empezar de atrás hacia adelante. Empezar desde el final del laberinto, hacer trampa y recorrer el camino al revés. Las salidas posibles siempre son múltiples, pero la ruta en sentido opuesto es más directa. ¿Necesitas decidir cuáles son las cinco mejores rolas de Vampire Weekend, eres juez de un reality show y todos te parecen ganadores, tu ropero tiene demasiada ropa? Elimina primero lo que va en último lugar ¿Quieres entender por qué tu novia actual te hace feliz pero infeliz, quieres salir a las 5:30 PM del trabajo y no sentirte culpable? De atrás hacia adelante. Por cierto, lo de la felicidad/infelicidad es ligeramente más complicado de resolver.
Cal Newport, profesor asistente en la Universidad de Georgetown y experto en hacer mil cosas simultáneamente, dice:
Calendariza. Hacerlo te confronta con la cantidad de cosas y el tiempo que realmente tienes para hacerlas. Ver la foto completa te ayuda además a hacer cosas productivas en tus horas libres.
Dice además que te fijes terminar el día a las 5:30 (PM, jojo) y vayas de atrás hacia adelante para planear todo. Que intentes draconianamente -linda palabra- rechazar tareas adicionales, gente, interrupciones.
Como extra, esto:
Así es más difícil procrastinar. No puedes decidir si trabajar o no en un periodo determinado, la decisión ya está tomada.
Oh. Procrastinar, esa dulce droga de nuestros tiempos. Le entro. Y ya me voy, porque estoy dieciocho segundos sobre el tiempo que tenía para escribir un artículo genial. Como todos los días.
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