Soy un obsesivo de la ortografía. Y poco tolerante. Mala combinación para alguien en estos tiempos de SMS e Instant Messaging (al respecto, vale la pena leer dos posts de Enrique Dans, Los niños no saben escribir y El cantar del mío Cid; me encanta ese blog). Si a Enrique le parece dssprnt q ahr c scrib n codigo, a mí desde siempre me ha enloquecido ver errores ortográficos en la calle.
Sí, sé que el castellano es difícil porque los fonemas y los morfemas no se caen bien, o algo así decía mi maestro de Español en la primaria. Pero eso no es pretexto. Es típico el cartón pintado a mano que anuncia que “Se asen tortas milaneza con choriso”, que se supone debemos perdonar por el nivel educativo promedio de nuestro país. Sí, lo perdonamos, pero ¿a mí quién me quita los retortijones que siento cuando leo “Precausion: cemi remolque”?
Un error típico de todas las épocas es confundir “a”, “ha” y “ah”. Lo veo todo el tiempo en las pláticas por el messenger (por cierto, ¿cuántas personas conoces que digan “me lo encontré en el Mazzinger”? Yo creí al principio que era un antro de moda): - “estoy triste porque no me a llamado” - “a, no sabía de qué me estabas hablando” - “haber si luego nos vemos” (Esta última, tan común que ya ni sé cómo se suponía que se debía escribir)
Mucha gente piensa que, como escribe sus cartas en Word, es imposible que tengan faltas ortográficas. “¡Pero si le pasé el espeller!!“. Pero, a ver (¿haber? ¿cómo era?): ¿cómo va a adivinar Word si quieres demostrar sorpresa (ah), si estás conjugando el verbo haber (ha) o si quieres una preposición (a)? En inglés, idioma en el que se inventó el primer corrector ortográfico, no hay tantos problemas. Para comenzar, no existen los acentos. Eso le quita el 80% de la complejidad. Y luego, es raro que las palabras suenen igual pero se escriban diferente (aunque tengo la impresión de que sólo el 1% de los gringos saben distinguir el “its” del “it’s”).
En español, sin embargo, abundan los problemas. Hay multitud de palabras cuya única diferencia es un acento. Recuerdo haber presenciado un problema grave de un proveedor con su cliente por haber escrito en el messenger “que dijiste” queriendo decir “¿qué dijiste?” y el otro, pensando que lo acusaban de haber dicho algo que no debía, estaba todo alterado. Incluso hay palabras que tienen tres acentuaciones: íntegro, integro, integró, por ejemplo. También están tramite, trámite, tramité.
Yo sé que casi siempre es fácil adivinar de qué palabra se trata dependiendo del contexto. Está bien en una conversación por el Mazzinger (me gusta más así) con tu novia. Pero para algo más formal no se puede confiar en que Word mágicamente corrija tus errores. Aunque seguramente a nuestros hijos sí les tocará que un software corrija ortografía, redacción, hasta estilo.
Quizás entonces se cumplirá el sueño de quienes proponían que cada letra fuera sólo un fonema: desaparecer la “c” y sólo utilizar “k” cuando es fuerte y “s” cuando es débil, olvidar para siempre la “h”, la “z”, la “ll”,…
Legales